Para comenzar este ensayo me basé en el texto de Peter Sloterdijk “El extrañamiento del mundo”, en donde se parte mencionando las grandes diferencias entre el psicoanálisis y el cristianismo, y como la cura en ambos casos tiene distintas orientaciones, pero sin embargo son impulsadas por el mismo principio, el de la pulsión de muerte. Con esto me refiero a que la esperanza cristiana, como lo menciona Sloterdijk está dada por las buenas nuevas de una mejor vida después de esta, por lo que es necesaria la muerte y por otro lado el psicoanálisis anhela la muerte como una forma de curación total, como una liberación de esas verdades amargas que salen a la luz por medio del lenguaje y, que siempre son del orden de lo inconsciente.
Para desarrollar el presente ensayo me tomare de algunos conceptos e ideas generales como el discurso como fundador de realidad y el lenguaje como el principio de la creación. El objetivo no es determinar cual tipo de discurso es el mejor, o el que ofrece una mejor cura, no es el tema de este trabajo, cosa que explicare más adelante.
Quizás se hace un poco difícil poder escribir, tal vez reflexionar y argumentar sobre el discurso sin más herramienta que el mismo. Cómo bien vemos y tenemos en claro, como buenos psicoanalistas en formación, es que la palabra cura, pero, ¿Qué ocurre cuando hacemos mal uso de esta maravillosa arma y/o herramienta que nos ha dado la madre cultura? Cuestión difícil de tratar y de abordar, pero creo que cabe mencionar que las evoluciones y revoluciones de la sociedad, cualesquiera que sean, afectan al discurso, transmutándolo a la propia conveniencia de quien lo utiliza, aquí es donde entran en juego las variables que afectan al discurso las cuales pueden ser muchas: deseos, moral, prejuicios, costumbres, etc. Pero a bien entender el tema de la palabra lo mencionare – sin pecar de arrogante, solo que soy quien escribe- es que el discurso funda y a la vez destruye realidades. El discurso es capaz de modificar a los sujetos hasta el extremo de llevarlos a una radicalidad, que en cierta forma viciaría el discurso y lo llevaría a la mínima expresión, pero no negándolo. Para esto sería prudente basarse en el principio de exterioridad como lo mencionaría Foucault, lo que nos hace analizar el discurso en sus condiciones externas de posibilidad, ya que el discurso se avala en sí mismo en tanto un sujeto lo produce, el dilema está en si este discurso es posibilitado o apoyado por la sociedad, también cual son sus motivos para plantearlo como tal y fundador de realidad y, en tanto fija sus límites o normas, cuestión difícil, ¿Como delimitar un discurso?, Si es este mismo quien nos construye, ¿Estaríamos limitando las proyecciones del sujeto?, ¿Estaríamos negando al ente como posibilidad, como fundador de realidades?, En este punto es donde nos cuestionamos la valides de los discursos, y si fuese correcto hablar de discursos buenos o discursos malos. Aquí es donde volvemos a lo mencionado anteriormente sobre el juzgar o determinar qué discurso es el correcto, si el psicoanalítico o el cristiano, Lacan tiene una respuesta en su libro “El triunfo de la religión”, cosa que no creo importante profundizar ya que el titulo es bastante sugerente. Pero aquí Lacan lo resume en la condición final, en tanto resultado, que posibilita la armonía vivida aquí en el presente por parte de este discurso, ya que el objetivo de la cura psicoanalítica es un tanto pesimista y busca pasar de una miseria neurótica a una infelicidad común, por otro lado y como también lo menciona Sloterdijk en el texto, el cristianismo ofrece una verdadera vida para cada uno de nosotros en la fe, aunque sea después de esta vida, lo que posibilita que es individuo se sienta librado en el presente (pág. 166).
Pese a esta gran diferencia, lo que nos convoca en este ensayo es el puente o el nexo común que une a estos dos discursos, a saber: el lenguaje, en tanto palabra.
En la biblia en el evangelio según San Juan, capitulo primero versículos del uno al tres dice: “En el principio era el verbo, y el verbo era con Dios, y el verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por El fueron hechas, y sin El, nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”. Aquí vemos que aun en la creación del universo, con una mirada cristiana, podemos observar que el verbo era el principio, verbo en tanto lenguaje, la palabra hablada que da vida, crea y produce una cura, que nos sana y nos sociabiliza al momento de entrar en el universo del lenguaje, que posibilita la creación, la determinación y la constitución de uno mismo en tanto sujeto y otorga la posibilidad de esta cura cristiana. En el mismo génesis dice: y dijo Dios:….y le fue hecho. Vemos como la palabra crea y dota de sentido los objetos del universo simbólico.
Por otro lado la palabra para el discurso psicoanalítico esta a la base de la teoría, ya que como lo plantea Lacan el inconsciente está estructurado como el lenguaje y, es en este lenguaje en donde el sujeto se constituye como tal, es el lenguaje en tanto cultura lo que posibilita que el sujeto se constituya como tal, es el mismo lenguaje que permite la inauguración del inconsciente, ya que ese Significado primero, S1, es arrojado al olvido, y es en ese preciso momento cuando el sujeto entra en el universo simbólico del lenguaje, y lo que posibilita su habla, ya que este habla en cuanto le falta, o se encuentra en falta, lo que también posibilita el poder desear, falta dada por ese primer objeto de amor que ha sido reprimido.
En este punto vemos las luces de la conexión innegable que existe entre el psicoanálisis y el cristianismo. Estos discursos se originan en un punto en común que como mencionábamos anteriormente hace referencia a la palabra en tanto creadora de realidades, en el caso del cristianismo, creadora del universo, y por el lado del psicoanálisis, creadora del sujeto del inconsciente. Ambas originaciones de discursos productos del lenguaje producen a su vez un tipo especifico y particular de cura, con diferencias claramente, ya que una ofrece una cura que no es del orden de esta vida, lo que posibilita librarse de la amargura del presente, como lo es el caso del cristianismo, por otro lado el psicoanálisis ofrece una cura para el presente del sujeto, que lo lleva a aspirar a una muerte como liberación de la amargura del pasado que origina el malestar.
lunes, noviembre 15, 2010
viernes, mayo 07, 2010
Carta a un Bipolar
Este es un mail que escribí a una pagina en Internet de argentina, cuyo objetivo es publicar arte de personas que gozan de un trastorno afectivo.
Soy de Chile, y estudio psicología, dato que creo que no es relevante en ningún caso, pero mientras leía de que se trataba la pagina empecé a pensar, que las mismas personas que sufren o gozan (según la mirada) de algún trastorno afectivo, son las que hacen de sí mismos y se constituyen como enfermos, en ningún caso mi interés es criticar, solo que al aislarse subjetiva-mente solo por el hecho de crear una página en donde solo personas bipolares puedan compartir su arte, es algo que fomenta mas su condición, porque yo personalmente en ningún caso los pienso como personas enfermas, y ¿quien dice que lo son?, un individuo que en su cordura o detrás de su escritorio clasifica a personas según un número determinado de síntomas. ¿Quién es cuerdo?, ¿quién es normal?, ¿quien nunca ha sufrido o se ha visto dominado por algún tipo de sintomatología? Creo que no es lo correcto.
Yo día a día sufro un sin número de síntomas, y si voy a un psiquiatra, estoy seguro que tratara de ponerme o encasillarme en algún lugar o pagina del CIE-10 o el DSM-4.
Personalmente me considero más desfavorecido o enfermo que personas bipolares, porque mi ser no me manifiesta cosas tan fácilmente, me refiero al síntoma, cuando uno está en crisis, el síntoma presente algo quiere decir, está revelando el porqué de la condición, esta manifestándose, explicado que algo hay que arreglar, pero lo que hacen los medicamentos es decirle a ese liberador que tenemos dentro, al síntoma, silencio no te quiero escuchar, me dijeron que tu me hacías mal, la solución radica en saber leer y escuchar a ese síntoma, porque el síntoma o síntomas no son la enfermedad, o el problema de fondo, solo su manifestación, así que disminuir las manías, o elevar el ánimo no ayuda mucho, hay que aprender as escucharlo. En mi caso, mi inconsciente reprime y no me dice nada entendible, es mucho más difícil poder leerlo.
Podríamos hablar de muchas cosas, como por ejemplo que la sociedad los clasifica como enfermos porque ella misma (la sociedad), necesita sentirse sana. O del mal método empleado por la psiquiatría moderna, ya que la enfermedad no es un número determinado de síntomas que se manifiesta en un periodo preestablecido de tiempo. O la imposibilidad de aprender a conocerse y aceptarse, todos somos distintos, y no tenemos por qué ser igual que el de al lado, no porque me guste el jazz tengo que obligarme a gustar del rock, o no porque tengo una condición afectiva distinta a la de los demás tengo que parecerme a ellos.
Este mundo está plagado de diferencias, ustedes argentinos yo chileno, no hay necesidad de querer cambiar de nacionalidad, no hay porque querer dejar de ser bipolar, la cuestión radica en ser felices con lo que somos, no ser codiciosos, y aprender a leer nuestro síntoma y enfermedad para poder hacer más llevadera nuestra vida en la tierra. Después de todo, porque aspirar a ser normal, si nadie lo es, porque debemos ser todos los días felices si vemos las noticias del mundo y hay razón para ser infeliz.
Si este lugar, les sirve para desahogarse y mostrar sus creaciones, perfecto, si los ayuda a ser más felices, perfecto, pero no me dejen fuera porque yo también quiero ser feliz.
Gracias por darte el tiempo de leer esto, mi intención en ningún caso fue ofender ni criticar, solo de pensar que no debemos morir intentando ser igual al otro, debemos vivir siendo felices con lo que tenemos.
Atte. su hermano del otro lado de la cordillera, que les desea lo mejor y sigamos adelante hacia la victoria.
Diego Garrido Flores
Soy de Chile, y estudio psicología, dato que creo que no es relevante en ningún caso, pero mientras leía de que se trataba la pagina empecé a pensar, que las mismas personas que sufren o gozan (según la mirada) de algún trastorno afectivo, son las que hacen de sí mismos y se constituyen como enfermos, en ningún caso mi interés es criticar, solo que al aislarse subjetiva-mente solo por el hecho de crear una página en donde solo personas bipolares puedan compartir su arte, es algo que fomenta mas su condición, porque yo personalmente en ningún caso los pienso como personas enfermas, y ¿quien dice que lo son?, un individuo que en su cordura o detrás de su escritorio clasifica a personas según un número determinado de síntomas. ¿Quién es cuerdo?, ¿quién es normal?, ¿quien nunca ha sufrido o se ha visto dominado por algún tipo de sintomatología? Creo que no es lo correcto.
Yo día a día sufro un sin número de síntomas, y si voy a un psiquiatra, estoy seguro que tratara de ponerme o encasillarme en algún lugar o pagina del CIE-10 o el DSM-4.
Personalmente me considero más desfavorecido o enfermo que personas bipolares, porque mi ser no me manifiesta cosas tan fácilmente, me refiero al síntoma, cuando uno está en crisis, el síntoma presente algo quiere decir, está revelando el porqué de la condición, esta manifestándose, explicado que algo hay que arreglar, pero lo que hacen los medicamentos es decirle a ese liberador que tenemos dentro, al síntoma, silencio no te quiero escuchar, me dijeron que tu me hacías mal, la solución radica en saber leer y escuchar a ese síntoma, porque el síntoma o síntomas no son la enfermedad, o el problema de fondo, solo su manifestación, así que disminuir las manías, o elevar el ánimo no ayuda mucho, hay que aprender as escucharlo. En mi caso, mi inconsciente reprime y no me dice nada entendible, es mucho más difícil poder leerlo.
Podríamos hablar de muchas cosas, como por ejemplo que la sociedad los clasifica como enfermos porque ella misma (la sociedad), necesita sentirse sana. O del mal método empleado por la psiquiatría moderna, ya que la enfermedad no es un número determinado de síntomas que se manifiesta en un periodo preestablecido de tiempo. O la imposibilidad de aprender a conocerse y aceptarse, todos somos distintos, y no tenemos por qué ser igual que el de al lado, no porque me guste el jazz tengo que obligarme a gustar del rock, o no porque tengo una condición afectiva distinta a la de los demás tengo que parecerme a ellos.
Este mundo está plagado de diferencias, ustedes argentinos yo chileno, no hay necesidad de querer cambiar de nacionalidad, no hay porque querer dejar de ser bipolar, la cuestión radica en ser felices con lo que somos, no ser codiciosos, y aprender a leer nuestro síntoma y enfermedad para poder hacer más llevadera nuestra vida en la tierra. Después de todo, porque aspirar a ser normal, si nadie lo es, porque debemos ser todos los días felices si vemos las noticias del mundo y hay razón para ser infeliz.
Si este lugar, les sirve para desahogarse y mostrar sus creaciones, perfecto, si los ayuda a ser más felices, perfecto, pero no me dejen fuera porque yo también quiero ser feliz.
Gracias por darte el tiempo de leer esto, mi intención en ningún caso fue ofender ni criticar, solo de pensar que no debemos morir intentando ser igual al otro, debemos vivir siendo felices con lo que tenemos.
Atte. su hermano del otro lado de la cordillera, que les desea lo mejor y sigamos adelante hacia la victoria.
Diego Garrido Flores
sábado, abril 24, 2010
El Inconsciente según Freud
“…Un día los hermanos expulsados se aliaron, mataron y devoraron al padre, y así pusieron fin a la horda paterna. Unidos osaron hacer y llevaron a cabo lo que individualmente les habría sido imposible. (Quizás un progreso cultural, el manejo de un arma nueva, les había dado el sentimiento de su superioridad.) Que devoraran al muerto era cosa natural para unos salvajes caníbales. El violento padre primordial era por cierto el arquetipo envidiado y temido de cada uno de los miembros de la banda de hermanos. Y ahora, en el acto de la devoración, consumaban la identificación con él, cada uno se apropiaba de una parte de su fuerza…” (Freud, 1913).
Es producto del asesinato totémico que es bien sabido por nosotros, psicoanalistas, que representa al padre, que se instauran dos tabúes fundamentales que luego pasaron a ser los dos deseos reprimidos del complejo de Edipo, a saber: La prohibición al incesto y el asesinato al padre. Es en base a estos deseos desde donde se fundamenta la represión originaria, represión que da origen a lo que nos convoca en este papel, y en donde posteriormente irán todos los demás hechos reprimidos que se tomaran de esta represión originaria para atraerlos hacia este lugar.
Freud para comienzos del siglo XX publicara una de sus más famosas obras junto con todo un valor simbólico y epistemológico agregado para el nuevo siglo, y es en la interpretación de los sueños donde el dirá que: .. Todos los sueños representan la realización de un deseo por parte del soñador. Y en donde dirá que estos sueños y deseos tienen un carácter inconsciente, y los ubicara en este mismo lugar, una instancia psíquica que hace parte de su primera tópica, junto con lo consciente/preconsciente. Pero es ya desde más temprano cuando Freud empieza a esbozar su concepto de inconsciente, en proyecto de psicología científica (para neurólogos), vista dentro de un marco neurológico en donde el aparato neuronal daba el primer alumbramiento para esta teoría, luego con las cartas dirigidas a Fliess seguirá explicando los tres sistemas que la componen. Que se haya enunciado al aparato psíquico como una tópica está muy lejos de querer explicarlo como lugares con una localización anatómica, porque esto implicaría que cada sistema tiene su función y trabaja independientemente para la tarea seleccionada, esto planteado por Freud, ya que sabemos según los estudios realizados hoy en día de neuroimagen, en donde se demuestra a través de las zonas de calor activadas cuando se realizan procesos (procesamientos) mentales, que varios sistemas se movilizan para realizar una misma función y/o varias. Incluso en el sueño, en el acto mismo de soñar, las zonas activadas son las mismas que se activan con el sujeto en vigilia o realizando procesos conscientes, por lo que vemos que la noción de inconsciente propuesta por Freud va mas allá que zonas funcionales preestablecidas para ayudarnos a realizar tarea cotidianas, sino que corresponde a una instancia psíquica que contiene las respuestas al porque de nuestro actuar, da respuestas del porque dije algo que no quería decir, que significa esto que soñé, etc. Pasaron miles de años para que se pudiera descubrir que es lo que realmente desean los seres humanos, se preparo el camino para el descubrimiento del ser humano, que ni todos los experimentos realizados con animales para analogarlos a los humanos lograron explicar en forma tan sublime pero llenadora de sentido, la razón del ser.
La tesis principal de una distinción entre sistemas, y especialmente de la separación entre inconsciente y preconsciente-consciente, es inseparable de la concepción dinámica, igualmente importante en psicoanálisis, según la cual los sistemas se hallan en conflicto entre sí. A lo largo de la obra freudiana, el problema del fundamento último del conflicto ha recibido distintas soluciones. Ante todo es posible intentar señalar que existes dos tipos de conflictos, a nivel tópico, esto es inconsciente con el sistema Pcs/Cs y a nivel económico-dinámico como conflictos entre pulsiones, propio de la segunda tópica y elemento constitutivo para llevar a Freud a pensar en la reformulación de aparato psíquico. La distinción entre estos dos puntos de vista plantea el origen de las tópicas cada una con una gran respuesta. Para la primera tópica como se mencionaba antes, intenta explicar la constitución de un inconsciente por el proceso de represión, solución que conduce a Freud a postular, en un primer tiempo, la represión originaria. Y por otro lado la gran respuesta de la segunda tópica fue de origen genético que sería reforzada por el ello, consiste en suponer la aparición y la diferenciación progresiva de las instancias a partir de un sistema inconsciente, en donde sus raíces parten desde lo biológico, cuya premisa es “todo lo que es consciente ha sido primeramente inconsciente”.
Es según estas dos grandes respuestas las que llevan a Freud a plantear el desarrollo psíquico. Ahora nos tomaremos de la segunda para entender entonces que la instancia defensiva (Pcs/Cs) y la instancia reprimida (Ics), prescinden ya del conflicto pulsional propiciando el alumbramiento al “ello”
Es ya alrededor de los años 20 del siglo pasado cuando Freud comienza a re-definir el aparato psíquico, ya no viendo al inconsciente como un sustantivo en relación a un sistema, sino que como un adjetivo, pensado ya como calificador de contenidos, y es donde el ello entra a tomar su posición y se ubica como un polo pulsional, en donde su contenido, las expresiones psíquicas de las pulsiones, pertenecen a este adjetivo. De allí la introducción del término "ello" para designar el inconsciente, considerado como un receptáculo pulsional desorganizado, semejante a un verdadero caos, lugar de "pasiones indómitas que, sin la intervención del yo, seguiría siendo títere de sus aspiraciones pulsionales y se dirigiría necesariamente a su propia pérdida. Al mismo tiempo, el yo perdía su autonomía pulsional y el ello se convertía en la sede de la pulsión de vida y la pulsión de muerte. A diferencia del enfoque descriptivo de la primera tópica, la perspectiva dinámica de la segunda no postula ninguna separación radical entre las instancias que la componen: los límites del ello no tienen ya la precisión de los que trazaban la frontera entre el inconsciente y el sistema consciente/preconsciente; el yo no aparece ya estrictamente diferenciado del ello, en el cual el superyó hunde sus raíces, sino que se postula que tanto el yo como el superyó, en gran parte son inconscientes. Entonces ahora la instancia sobre la cual se ejerce la defensa ya no se define como el polo inconsciente, sino que ahora se define como el polo pulsional de la personalidad.
En esta tópica la concepción que se da del yo como instancia represora Es fácil inteligir que “es la parte del ello alterada por la influencia directa del mundo exterior” (Freud 1923), por mediación del sistema percepción-conciencia, y en donde el superyó tampoco es una instancia claramente autónoma, sino que se encuentra sumergida en el ello.
"Un individuo dice Freud:”... Es ahora para nosotros un ello psíquico, no conocido e inconsciente, sobre el cual, como una superficie, se asienta el yo"
Es producto del asesinato totémico que es bien sabido por nosotros, psicoanalistas, que representa al padre, que se instauran dos tabúes fundamentales que luego pasaron a ser los dos deseos reprimidos del complejo de Edipo, a saber: La prohibición al incesto y el asesinato al padre. Es en base a estos deseos desde donde se fundamenta la represión originaria, represión que da origen a lo que nos convoca en este papel, y en donde posteriormente irán todos los demás hechos reprimidos que se tomaran de esta represión originaria para atraerlos hacia este lugar.
Freud para comienzos del siglo XX publicara una de sus más famosas obras junto con todo un valor simbólico y epistemológico agregado para el nuevo siglo, y es en la interpretación de los sueños donde el dirá que: .. Todos los sueños representan la realización de un deseo por parte del soñador. Y en donde dirá que estos sueños y deseos tienen un carácter inconsciente, y los ubicara en este mismo lugar, una instancia psíquica que hace parte de su primera tópica, junto con lo consciente/preconsciente. Pero es ya desde más temprano cuando Freud empieza a esbozar su concepto de inconsciente, en proyecto de psicología científica (para neurólogos), vista dentro de un marco neurológico en donde el aparato neuronal daba el primer alumbramiento para esta teoría, luego con las cartas dirigidas a Fliess seguirá explicando los tres sistemas que la componen. Que se haya enunciado al aparato psíquico como una tópica está muy lejos de querer explicarlo como lugares con una localización anatómica, porque esto implicaría que cada sistema tiene su función y trabaja independientemente para la tarea seleccionada, esto planteado por Freud, ya que sabemos según los estudios realizados hoy en día de neuroimagen, en donde se demuestra a través de las zonas de calor activadas cuando se realizan procesos (procesamientos) mentales, que varios sistemas se movilizan para realizar una misma función y/o varias. Incluso en el sueño, en el acto mismo de soñar, las zonas activadas son las mismas que se activan con el sujeto en vigilia o realizando procesos conscientes, por lo que vemos que la noción de inconsciente propuesta por Freud va mas allá que zonas funcionales preestablecidas para ayudarnos a realizar tarea cotidianas, sino que corresponde a una instancia psíquica que contiene las respuestas al porque de nuestro actuar, da respuestas del porque dije algo que no quería decir, que significa esto que soñé, etc. Pasaron miles de años para que se pudiera descubrir que es lo que realmente desean los seres humanos, se preparo el camino para el descubrimiento del ser humano, que ni todos los experimentos realizados con animales para analogarlos a los humanos lograron explicar en forma tan sublime pero llenadora de sentido, la razón del ser.
La tesis principal de una distinción entre sistemas, y especialmente de la separación entre inconsciente y preconsciente-consciente, es inseparable de la concepción dinámica, igualmente importante en psicoanálisis, según la cual los sistemas se hallan en conflicto entre sí. A lo largo de la obra freudiana, el problema del fundamento último del conflicto ha recibido distintas soluciones. Ante todo es posible intentar señalar que existes dos tipos de conflictos, a nivel tópico, esto es inconsciente con el sistema Pcs/Cs y a nivel económico-dinámico como conflictos entre pulsiones, propio de la segunda tópica y elemento constitutivo para llevar a Freud a pensar en la reformulación de aparato psíquico. La distinción entre estos dos puntos de vista plantea el origen de las tópicas cada una con una gran respuesta. Para la primera tópica como se mencionaba antes, intenta explicar la constitución de un inconsciente por el proceso de represión, solución que conduce a Freud a postular, en un primer tiempo, la represión originaria. Y por otro lado la gran respuesta de la segunda tópica fue de origen genético que sería reforzada por el ello, consiste en suponer la aparición y la diferenciación progresiva de las instancias a partir de un sistema inconsciente, en donde sus raíces parten desde lo biológico, cuya premisa es “todo lo que es consciente ha sido primeramente inconsciente”.
Es según estas dos grandes respuestas las que llevan a Freud a plantear el desarrollo psíquico. Ahora nos tomaremos de la segunda para entender entonces que la instancia defensiva (Pcs/Cs) y la instancia reprimida (Ics), prescinden ya del conflicto pulsional propiciando el alumbramiento al “ello”
Es ya alrededor de los años 20 del siglo pasado cuando Freud comienza a re-definir el aparato psíquico, ya no viendo al inconsciente como un sustantivo en relación a un sistema, sino que como un adjetivo, pensado ya como calificador de contenidos, y es donde el ello entra a tomar su posición y se ubica como un polo pulsional, en donde su contenido, las expresiones psíquicas de las pulsiones, pertenecen a este adjetivo. De allí la introducción del término "ello" para designar el inconsciente, considerado como un receptáculo pulsional desorganizado, semejante a un verdadero caos, lugar de "pasiones indómitas que, sin la intervención del yo, seguiría siendo títere de sus aspiraciones pulsionales y se dirigiría necesariamente a su propia pérdida. Al mismo tiempo, el yo perdía su autonomía pulsional y el ello se convertía en la sede de la pulsión de vida y la pulsión de muerte. A diferencia del enfoque descriptivo de la primera tópica, la perspectiva dinámica de la segunda no postula ninguna separación radical entre las instancias que la componen: los límites del ello no tienen ya la precisión de los que trazaban la frontera entre el inconsciente y el sistema consciente/preconsciente; el yo no aparece ya estrictamente diferenciado del ello, en el cual el superyó hunde sus raíces, sino que se postula que tanto el yo como el superyó, en gran parte son inconscientes. Entonces ahora la instancia sobre la cual se ejerce la defensa ya no se define como el polo inconsciente, sino que ahora se define como el polo pulsional de la personalidad.
En esta tópica la concepción que se da del yo como instancia represora Es fácil inteligir que “es la parte del ello alterada por la influencia directa del mundo exterior” (Freud 1923), por mediación del sistema percepción-conciencia, y en donde el superyó tampoco es una instancia claramente autónoma, sino que se encuentra sumergida en el ello.
"Un individuo dice Freud:”... Es ahora para nosotros un ello psíquico, no conocido e inconsciente, sobre el cual, como una superficie, se asienta el yo"
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